El día de los muertos


             

El día de los muertos.
César Peralta

En este día recordamos a los que ya no están, a los que se nos adelantaron, a los que se fueron, a los que colgaron los tenis, a los que estiraron la pata, a los que se petatearon, a los que chuparon faros, a los que se los cargo el payaso, a los que se fueron al cielo, a los que se murieron... Si bien es cierto que los recordamos en silencio todos los días, sirva esta fecha para recordar los bellos e inolvidables momentos que compartimos con nuestros seres queridos cuando estaban vivos, pero sobre todo para meditar y reflexionar acerca de la muerte.

Meditar y reflexionar acerca de  la muerte nos sirve para recordar que tan preciosa y valiosa es la vida y al mismo tiempo es una buena oportunidad para darnos cuenta de que nada es permanente en este mundo, incluida nuestra existencia. Meditar en la muerte nos ayuda a perder el miedo a morir y nos motiva a vivir de manera plena y feliz.

La muerte es lo único seguro que tenemos, todas y todos nos vamos a morir, es algo que no está en discusión. La vida tiene un final, un límite y todos los días nos acercamos más a ese momento. Dicen los budistas que estamos muriendo desde el momento en que nacemos y creo que tienen razón. La muerte puede venir en el momento menos esperado, es decir el tiempo que vamos a vivir es incierto, la muerte no respeta edad, raza, credo, posición política, social o económica.

Nada nos vamos a llevar a la tumba, ningún título, posición, propiedad, dinero, en otras palabras las cosas de este mundo se quedan en este mundo incluidos nuestros cuerpos. Lo que importa al final del camino es lo que dejamos en los corazones de los que nos rodean, los momentos de magia que creamos cuando estamos vivos, el amor que dejamos en las personas a las que abrimos nuestro corazón, las sonrisas y palabras de aliento que repartimos a lo largo de nuestro paso por la vida. Los momentos que se quedan grabados por siempre en nuestros corazones son aquellos en donde el amor se hace presente y en donde nos experimentamos plenamente como seres de luz, literalmente iluminando nuestro camino y llevando luz a donde quiera que vamos.

El día de los muertos es para mí una invitación a la vida, una invitación a vivir y a dejar vivir, una invitación a amar, una invitación a perder nuestros miedos y a decidirnos de una vez por todas a vivir sin límites, una invitación a soñar en grande y a realizar nuestros sueños, una invitación a contemplar la grandeza del universo y agradecer con cada respiración la maravillosa oportunidad que tenemos de experimentar la vida con todos nuestros sentidos, de poder ver, tocar, oler, sentir y disfrutar nuestros cuerpos y a los seres que amamos, de admirar y fundirnos con la naturaleza, de disfrutar la comida que nos gusta y contemplar las diversas manifestaciones artísticas que los vivos han creado.


Es la vida la que nos da la oportunidad de cerrar nuestros ojos y descubrir la grandeza de la que formamos parte. Es viviendo cuando tenemos la gran oportunidad de crecer como seres humanos y contribuir en la medida de nuestras posibilidades a la creación de un mundo mejor para los que estamos vivos y para los que están por nacer. Feliz día de los muertos a todos los que estamos vivos.


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