Me gusta ver ventanas.
César Peralta
Tomar café sentado en el balcón es una experiencia única, lo hago seguido cuando el clima me lo permite, estar sentado ahí viendo los edificios a mí alrededor es una gran experiencia. Los imponentes edificios comerciales y residenciales del centro de Toronto están llenos de ventanas, miles de ventanas son parte de la estructura de los condominios del vecindario en donde vivo. Ustedes tal vez se estarán preguntando que tienen las ventanas de impresionante, es lógico que todos los departamentos tengan ventanas y algunos con más suerte también tengan balcones… ¿Qué tienen las ventanas de especial?
Las hay de todos los tipos y dimensiones, algunas están abiertas y otras están siempre cerradas, algunas están cubiertas por cortinas y otras sin ningún telón nos permiten ver un poco el interior de cada lugar, sus muebles, lámparas, televisiones, computadoras, plantas y una que otra decoración. No es el mobiliario lo que llama mi atención, tampoco las cortinas o la falta de estas. Lo que pienso cuando observo las ventanas de los edificios es acerca de las miles de historias que cada departamento encierra. Las miles de situaciones que suceden y se desarrollan en la intimidad de los carísimos metros cuadrados de cada unidad.
Ahí viven los ocupados peatones que vemos todas las mañanas caminando al trabajo con un café en la mano, disfrazados de hombres y mujeres de negocios, banqueros, servidores públicos, empresarios, profesionistas, artistas, empleados, empleadores, desempleados, estudiantes y uno que otro loco como yo que le gusta ver ventanas. Trabajan en diferentes lugares y aunque su forma de vestir es casi un uniforme, toman café de Starbucks y tienen el mismo teléfono celular, es evidente que son de todas partes del mundo, hablan diferentes idiomas y la mayoría espera con emoción los viernes y recibe los lunes con cierta tristeza. Pero no es tampoco mi interés saber en que trabajan o que hacen mis vecinos, lo que llama mi atención es saber que cada ventana de los condominios habitacionales de Toronto está llena de historias de vida.
Me imagino los dramas que se viven detrás de esas ventanas, historias de vida que estoy seguro no son muy diferentes unas de otras excepto por las circunstancias y los idiomas de la trama, estoy seguro que en todas estas historias los sueños, la búsqueda del amor y la felicidad son factores determinantes y sin temor a equivocarme la depresión y la tristeza han tenido momentos estelares. Cuantos momentos y sentimientos de todo tipo se viven detrás de esas ventanas, cuantos recuerdos se van grabando en el recinto en el que vivimos, en nuestros espacios, en nuestras casas, si ahí en donde la mayoría de nosotros al entrar nos despojamos de toda etiqueta y nos convertimos en la persona que somos o que creemos ser. Risas, lagrimas, pasión, amistad, amor, sexo, reflexión, violencia, tensión, ternura, indiferencia, conflicto, reconciliación, perdón, frustración, miedo, odio, descanso, insomnio, resentimiento, nostalgia, paz, totalidad, vacio…
Cada ventana significa una rendija a una realidad diferente o a varias realidades que conviven en un espacio día a día. Cada ventana es como una ranura a una realidad única, a un mundo único, a un universo propio. Por fuera las ventanas suelen lucir iguales, casi idénticas, son las historias de vida que se están escribiendo detrás de ellas por miles de autores y en diferentes lenguas y contextos lo que me parece fascinante. Me gusta ver las ventanas de los edificios de la ciudad ya que me recuerdan que similares somos unos a otros, aunque en la calle y el elevador nos comportemos tan indiferentes.
Que lindo es padrísimo "ver" que eres el "observador". Me encanto, y como dice tu papa escribe mas seguido me gusta leerte.
ResponderEliminarlindo leerte!!
ResponderEliminarMe recordaste una linda canción que canta Alejandro Filio: Detrás de los cristales...
Suelo mirar detrás de los cristales, triste y fugaz al gato de la calle, siempre de azul la ventana del tiempo. Si miras tú, con el color del cielo, del mar de todo lo perfecto para andar lazando primaveras...
Gracia Yolanda y Mariana!! Les envio muchos besos!!
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