Y así como los pueblos sin dignidad son rebaños, los individuos sin ella son esclavos.
José Ingenieros.
En mi paso por organizaciones no gubernamentales y gubernamentales he conocido a mujeres y hombres con verdadera vocación de servicio y comprometidos con el bienestar del pueblo, sin embargo también he conocido a personajes sin escrúpulos que ven en la política y el servicio publico el medio para enriquecerse y servirse del dinero del pueblo. Estos personajes son los ultra defensores del gobierno y del sistema y no podría ser de otra manera ya que son ellos nada más y nada menos los beneficiarios directos del poder, de los altos sueldos de la administración pública y de los contratos millonarios.
Se hacen llamar “clase política” y seguramente los conoces muy bien, tienen características especiales que los distinguen del resto de la población: son hipócritas, deshonestos, corruptos, prepotentes e inaccesibles y curiosamente se convierten en los más amigueros, “buena onda”, siempre disponibles y hasta cambian su tono de voz en cada campaña política. Los hay de todos los niveles y de diferentes jerarquías, sin embargo ellos creen que cualquier puesto en la administración pública por pequeño que este sea los hace diferentes, importantes, influyentes y pertenecientes a una clase privilegiada, algo así como a una corte real.
Los “cortesanos” defienden a capa y a espada a su “rey” y cualquier crítica al gobierno por pequeña que esta sea es vista por ellos como una verdadera traición. Son peligrosos ya que en su afán por quedar bien con el “preciso” se valdrán de toda clase de chismes, calumnias y artimañas para aparecer como los más “fieles y confiables” de la corte. Los cortesanos quieren conservar su “sueldo”, “compensaciones” y “negocios” al amparo del “poder” que los beneficia.
De los “cortesanos” puedo entender su comportamiento, a los que me costaba mucho trabajo entender es a “la servidumbre” esos que defienden al gobierno corrupto y vil, sin ningún tipo de razonamiento, tal y como se defiende a un equipo de futbol, ellos se pelean y defienden a la “corona” incluso de manera violenta y pueden llegar a romper lazos familiares por defender a su “equipo”.
La motivación de la servidumbre es variada, ellos se sienten súper especiales si un miembro de "la corte" los saluda, les da su número de teléfono o los incluye en facebook. Para algunos su ilusión es algún día convertirse en un miembro de la “corte real” y para ellos que el “candidato” o la “candidata” les dé un abrazo lo es todo. A ellos no les importa la propuesta, los aciertos o errores que su gallo haya cometido, la historia, o algún otro elemento crítico. La servidumbre es ignorante y no cuestiona. Son un producto perfectamente diseñado por el rey y manipulado por la corte, los cuales los han mantenido en la ignorancia por generaciones completas, totalmente desinformados y hambrientos.
En este camino he conocido también a mujeres y hombres comprometidos con la paz, la justicia social y la democracia. Tienen diferentes edades, son amas de casa informadas, estudiantes, universitarios, profesores, pequeños empresarios, ganaderos, agricultores, artistas, intelectuales y también servidores públicos. Por su educación, por estar informados, por mantenerse firmes a sus ideales y valores, por sus razonadas y fundamentadas críticas al sistema, ellas y ellos no encajan con los “cortesanos” y son los creadores de los grandes movimientos y cambios sociales.
Algunos dan la cara como líderes de los movimientos, otros difunden información relevante con sus amistades y conocidos utilizando las redes sociales que tan prominente papel han jugado en los últimos procesos políticos alrededor del mundo, otros van casa por casa tratando de quitarle la venda de los ojos al pueblo engañado y manipulado, otros organizan marchas y manifestaciones para ejercer presión y exigir que nuestros derechos sean respetados. Los cortesanos los llaman traidores, revoltosos, manipulados, anarquistas y muchos términos más con el objetivo de restarles credibilidad. Sin embargo, ellas y ellos no desisten y salen a las calles valientes y convencidos de que es tiempo de tomar acción.
Nadie dijo que cambiar la estructura de poder de un país o de un estado es una tarea fácil, nadie dijo que luchar contra monopolios televisivos y medios de comunicación comprados por la “corte” sea sencillo. Lo que sí es verdad, es que cada día somos más los hombres y las mujeres que de todas partes y desde diversas trincheras estamos despertando, nos estamos organizando y estamos actuando por un cambio verdadero en el país. Asi nos los demuestra el movimiento universitario, el cual ha tenido un papel fundamental en este proceso electoral. Son los estudiantes organizados los que han encendido con su ejemplo un sentimiento de acción en la población, son los que en todas las Universidades sin excepción se han manifestado por el cambio verdadero de manera contundente.
#YoSoy132 es un movimiento nacional que clama por justicia y por información veraz en los medios de comunicación , que rechaza el retroceso histórico y el regreso al poder de la “Casa Real Priista” y que condena y reprueba la ineficacia de los gobiernos derechistas de Felipe Calderón con sus 60,000 muertos y el de Vicente Fox que curiosamente y evidenciando de manera descarada la complicidad del PRIAN hoy invita a votar por el candidato priista, ese mismo PRI que el mismo derroto o nos hicieron creer que derroto.
México nos necesita, unidos podemos hacer mucho, unidos podemos cambiar la historia. No se trata solo de ir a votar, necesitamos abrirle los ojos a muchos paisanos que siguen sumidos en la ignorancia que los convierte en “servidumbre”, llevemos un mensaje informado y fundamentado, cuidemos nuestro voto y el proceso electoral como verdaderos soldados. Tenemos que vigilar, tenemos que conquistar en forma pacífica nuestro poder de decisión, ese poder que se manifiesta en las urnas pero que continua cada día en las democracias con la vigilancia y la participación en las decisiones que afectan a la comunidad. Es tiempo de exigir, no nos dejemos una vez más.
Tú eliges que quieres ser, que papel quieres tener en este proceso. ¿Quieres ser parte de la “servidumbre” al servicio de “la corte” que se niega a renunciar a sus beneficios o quieres ser un ciudadano informado trabajando por el cambio verdadero que necesita nuestro México? Tú decides.
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