Una nota de intención.
César Peralta
Hace tiempo que no escribía, no lo hacía porque había estado muy ocupado viviendo intensamente lo que la vida me había preparado. Los últimos meses del año pasado y los primeros de este 2012 viví, sentí y recordé como se vive la vida desde la superficie, desde la ilusión y la ficción que nos ofrece el mundo, desde la confusión que se experimenta cuando olvidamos quiénes somos y dejamos que nuestros fantasmas del pasado, pensamientos y hábitos destructivos nos atrapen. Cuando se vive así, de manera inconsciente todo es un caos en donde habitan todos los excesos, acompañados de la mentira, el egoísmo, el miedo, la incertidumbre, el dolor y la tristeza. Cuando se vive así nos perdemos y no medimos el daño que estamos causando a nosotros mismos y a los demás.
Tengo la bendición de conocer la verdad y esto me permite ver con la claridad necesaria lo sucedido, ser compasivo conmigo mismo y con los demás y aprender de lo vivido. El pasado que ya no existe, fue en su momento un presente intenso, caótico y al mismo tiempo perfecto. Dios no se equivoca y nos pone en las situaciones, los momentos y con las personas que debemos estar para vivir algo, para aprender algo, para crecer y volvernos más conscientes. Esta en nosotros tener la suficiente humildad para reconocer nuestros errores, arrepentirnos y enmendar lo que se tenga que enmendar. Esta en nosotros aprender de lo vivido o seguir viviendo en el caos, está en nosotros tomar la decisión de vivir una vida plena o continuar en la superficie y la confusión.
Para regresar al camino de la felicidad no hay otra fórmula que dejar todo lo que te hace daño, todo lo que te destruye, todo lo que te devalúa y te hace olvidar lo divino y perfecto de nuestra naturaleza. Tenemos que dejar esos pensamientos destructivos, todo resentimiento y odio, toda frustración y tristeza, todos los traumas y la programación mental que nos limita a vivir plenamente. Tenemos que perdonarnos, pedir perdón y perdonar a los demás como un acto de humildad que nos lleva a la libertad.
Para ser felices no tenemos que buscar nada afuera. El amor, la paz, la sabiduría y la plenitud han estado, están y estarán siempre dentro de nosotros esperando a que nos detengamos por un momento, dejemos de controlar nuestros sentimientos, a las personas y a las situaciones y nos rindamos de una vez por todas al infinito, amoroso , pacifico e omnipresente poder de Dios. Cuando nos rendimos todo empieza a funcionar en una sinfonía perfecta, todo fluye, todo llega, todo te recuerda lo grandioso que es reconocernos como parte viva del Universo y entonces todos nuestros deseos se vuelven realidad por la simple y sencilla razón de que estamos conectados con la fuente omnipotente de sabiduría y amor.
Esta es una nota muy personal cargada de intención, una intención real para ser mejor, para amarme más y vivir en paz conmigo y con el mundo. Mi compromiso es conmigo mismo, con Dios y con ustedes para que con su intención y el poder de sus pensamientos me ayuden a mantener las actitudes de alabanza, gratitud, amor y compasión siempre presentes, siempre vivas, siempre en acción.
Feliz primavera 2012.
César Peralta
Hace tiempo que no escribía, no lo hacía porque había estado muy ocupado viviendo intensamente lo que la vida me había preparado. Los últimos meses del año pasado y los primeros de este 2012 viví, sentí y recordé como se vive la vida desde la superficie, desde la ilusión y la ficción que nos ofrece el mundo, desde la confusión que se experimenta cuando olvidamos quiénes somos y dejamos que nuestros fantasmas del pasado, pensamientos y hábitos destructivos nos atrapen. Cuando se vive así, de manera inconsciente todo es un caos en donde habitan todos los excesos, acompañados de la mentira, el egoísmo, el miedo, la incertidumbre, el dolor y la tristeza. Cuando se vive así nos perdemos y no medimos el daño que estamos causando a nosotros mismos y a los demás.
Tengo la bendición de conocer la verdad y esto me permite ver con la claridad necesaria lo sucedido, ser compasivo conmigo mismo y con los demás y aprender de lo vivido. El pasado que ya no existe, fue en su momento un presente intenso, caótico y al mismo tiempo perfecto. Dios no se equivoca y nos pone en las situaciones, los momentos y con las personas que debemos estar para vivir algo, para aprender algo, para crecer y volvernos más conscientes. Esta en nosotros tener la suficiente humildad para reconocer nuestros errores, arrepentirnos y enmendar lo que se tenga que enmendar. Esta en nosotros aprender de lo vivido o seguir viviendo en el caos, está en nosotros tomar la decisión de vivir una vida plena o continuar en la superficie y la confusión.
Para regresar al camino de la felicidad no hay otra fórmula que dejar todo lo que te hace daño, todo lo que te destruye, todo lo que te devalúa y te hace olvidar lo divino y perfecto de nuestra naturaleza. Tenemos que dejar esos pensamientos destructivos, todo resentimiento y odio, toda frustración y tristeza, todos los traumas y la programación mental que nos limita a vivir plenamente. Tenemos que perdonarnos, pedir perdón y perdonar a los demás como un acto de humildad que nos lleva a la libertad.
Para ser felices no tenemos que buscar nada afuera. El amor, la paz, la sabiduría y la plenitud han estado, están y estarán siempre dentro de nosotros esperando a que nos detengamos por un momento, dejemos de controlar nuestros sentimientos, a las personas y a las situaciones y nos rindamos de una vez por todas al infinito, amoroso , pacifico e omnipresente poder de Dios. Cuando nos rendimos todo empieza a funcionar en una sinfonía perfecta, todo fluye, todo llega, todo te recuerda lo grandioso que es reconocernos como parte viva del Universo y entonces todos nuestros deseos se vuelven realidad por la simple y sencilla razón de que estamos conectados con la fuente omnipotente de sabiduría y amor.
Esta es una nota muy personal cargada de intención, una intención real para ser mejor, para amarme más y vivir en paz conmigo y con el mundo. Mi compromiso es conmigo mismo, con Dios y con ustedes para que con su intención y el poder de sus pensamientos me ayuden a mantener las actitudes de alabanza, gratitud, amor y compasión siempre presentes, siempre vivas, siempre en acción.
Feliz primavera 2012.
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