Peatones en acción
César Peralta
Esta nota esta inspirada en los peatones que creen en la justicia, la paz, la igualdad, la libertad, la democracia, los derechos humanos, el respeto por el medio ambiente y no solo creen en ello si no que dedican gran parte de su tiempo, esfuerzo e imaginación a luchar por estos ideales, a generar conciencia y a exigir a los gobiernos, las empresas y a otros individuos el respeto y el establecimiento de las condiciones necesarias para el logro de sus causas.
Estos peatones son llamados de varias maneras, algunos los llaman idealistas, otros revolucionarios, otros se refieren a ellos como defensores, los poderosos suelen llamarlos revoltosos y hacen lo posible para que los medios de comunicación que ellos dominan los relacionen con la anarquía y la violencia y de esta forma la sociedad los perciba de manera negativa. Sin embargo, los activistas el cual es el término más apropiado para llamarlos son en su mayoría mujeres y hombres que creen, viven y luchan por el establecimiento de un mundo mejor.
Los grandes cambios sociales de nuestra historia han sido en gran medida el resultado del trabajo y la movilización de millones de mujeres y hombres comprometidos con la humanidad. El activismo se puede definir como la acción o la actividad sostenida que tiene como intención generar un cambio social o político. A estos peatones se les puede ver redactando cartas, peticiones y posicionamientos, recolectando firmas para el apoyo de sus causas, enviando correos electrónicos, utilizando las redes sociales, organizando reuniones, manifestaciones y marchas, todo con el único objetivo de generar un cambio en la situación por la que trabajan.
Los activistas actúan de diferentes maneras y tienen diferentes estrategias según el grado de apertura democrática del país en el que se encuentren, en algunos países sus reuniones son secretas y su activismo puede ser la causa de su muerte. Los gobiernos autoritarios y represores los consideran una amenaza por eso los persiguen, torturan y asesinan.
Los hay de todas las edades y colores, provienen de diferentes lugares, profesiones y oficios y las causas que defienden son tan variadas como los retos y dificultades que afronta el mundo como la desigualdad social y económica, la pobreza, la explotación, la corrupción, la impunidad, el desempleo, la violencia hacia las mujeres, la homofobia, la discriminación, el racismo, la contaminación y la guerra por solo mencionar algunas. Causas que reflejan una realidad que la mayoría de las veces no queremos ver.
¿Por qué no queremos ver esta realidad?
“Como vamos a ver lo que pasa a nuestro alrededor y en nuestra comunidad si muchas veces no queremos ver nuestros propios problemas, adicciones y miedos… por eso nos distraemos con la televisión y pocas veces pensamos en nuestros propios asuntos, simplemente los ignoramos, solo nos preocupamos por conseguir empleo o conservar el que tenemos y que los demás se rasquen como puedan” me dijo una vez una peatona. Es decir, el sistema en el que vivimos nos ha convertido en seres humanos inconscientes e insensibles y evadimos por todos los medios la reflexión acerca de nosotros mismos, refugiándonos en escaparates a nuestra realidad como el consumismo, el alcohol, las drogas, el dinero, el sexo y si a veces el fanatismo religioso.
¿Qué podemos hacer para cambiar el curso del mundo, que podemos hacer para dejar de destruirnos a nosotros mismos y a nuestro planeta? Es la pregunta que creo en algún momento de nuestras vidas nos hemos formulado todos.
Las respuestas pueden ser muchísimas, los gobiernos y sus políticos tratan de convencernos de que son ellos los que por medio de la implementación de sus políticas se pueden establecer mejores condiciones económicas y sociales, los científicos por su parte invierten gran parte de su tiempo investigando y tratando de hallar soluciones para evitar nuestra propia destrucción, los activistas del mundo se enfocan en denunciar y exigir a las autoridades para que estas tomen cartas en el asunto y la población se haga consciente de la realidad. Los religiosos están convencidos que es por medio del seguimiento de sus reglas y mandatos la forma en que se puede dar un cambio de timón.
Sin embargo, el error es que seguimos tratando de componer la situación desde la misma superficie en donde los problemas son creados, seguimos tratando de curar un cáncer terminal usando curitas, cuando la solución es algo que requiere un tratamiento poderoso, una limpia profunda, una sanación completa.
La realidad colectiva no es más que el reflejo de nuestras individualidades manifestando el caos que habita en nosotros mismos, no es más que la manifestación del odio, el egoísmo y la falta de amor que vivimos. Nos estamos destruyendo unos a otros y acabando con el único lugar que tenemos para vivir, nuestro planeta. En este sistema todos somos en mayor o menor medida responsables de lo que estamos viviendo ya sea por acción o por omisión. Por acción cuando deliberadamente actuamos viendo solamente por nuestro beneficio sin importar a quien o a quienes afectan nuestras acciones, por omisión cuando somos testigos silenciosos del abuso, la corrupción y la impunidad y nuestra reacción es callar y fingir que no pasa nada.
No se trata de vivir en una completa lamentación o profundamente enojados con la vida, ya que si nos ponemos a observar a nuestro alrededor hay muchas razones para estar frustrados y enojados por la terrible situación por la que atraviesa nuestro mundo, tampoco es con violencia o con odio como se pueden cambiar las cosas. Al contrario, el cambio verdadero empieza cuando nos hacemos conscientes de quiénes somos y cuando descubrimos eso, nos reconocemos como seres humanos libres, compasivos y pacíficos, empezamos a valorar nuestra vida y la de los demás, disfrutamos y agradecemos cada momento, valoramos nuestro mundo y tomamos acción en lo que tenemos que tomar acción de manera firme y valiente. En otras palabras, descubrimos que la solución es el amor y que solo puedo amar a los demás cuando yo me acepto y me amo plenamente.
El cambio y la sanación debe empezar por uno mismo, somos nosotros los que tenemos que comprender que nuestra realidad interior afecta de manera directa lo que vivimos como colectividad. Tenemos que comprender que no somos seres aislados si no al contrario somos uno con el Universo, estamos íntimamente conectados y nuestros pensamientos y acciones afectan al Universo mismo.
Esta nota es para ustedes las y los activistas del mundo. Gracias por su pasión, amor y entrega.
ASI ES MI QUERIDO CESAR, YO EN LO PERSONAL ESTOY ETIQUETADA COMO "CONFLICTIVA" Y DE HECHO ME DA GUSTO PORQUE QUIERE DECIR QUE EN ALGUNA MANERA LLEGA MI MENSAJE, MI PETICIÓN Y MI EXIGENCIA. TODO LO K EXPRESAS ES "LA NETA DEL PLANETA" Y NO HAY ERROR NI EXAGERACIÓN. AHORA QUÉ SIGUE?.... SEGUIR INSISTIENDO CON PASIÓN Y CON LA RAZÓN. UN ABRAZO. ! PATTY ZARCO, CANCUN (EX PARAISO), MEXICO
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