El amor se hizo mujer





El amor se hizo mujer.
César Peralta

Pocas veces nos detenemos a observar a nuestro alrededor con actitud contemplativa, contemplar no es lo mismo que observar se le parece pero no es igual, cuando contemplamos observamos detenidamente sin juzgar, sin criticar, sin condenar, simplemente vemos todo desde el corazón y desde ahí todo es paz y amor. Cuando contemplamos nos hacemos uno con lo que vemos y no hay cabida para pensar en otra cosa, no hay espacio para preocuparnos, para estar tristes, para quejarnos o para sufrir. Simplemente nos permitimos ser nosotros mismos, amor reconociendo amor, paz reconociendo paz, inmensidad reconociendo inmensidad, el universo reconociendo al universo.

Todos en algún punto de nuestras vidas hemos apreciado algo que nos provoca esta experiencia de gratitud inmensa, nos sentimos agradecidos e inmediatamente el amor incondicional se hace presente. En ese espacio no hay nada más, simplemente amor. Lo hemos vivido al contemplar un atardecer, una playa hermosa, una montaña majestuosa o un día soleado después de un largo invierno. Lo hemos sentido al contemplar la naturaleza, los animales y tambien ante la inocencia y el amor que reflejan los ojos de un bebe.

El amor incondicional es aquel que no conoce límites, es sabio y compasivo, es el amor que perdona y sigue amando, el amor que consuela, el amor que no pierde la fe, el amor que no espera nada a cambio, el amor que ríe cuando ríes y llora cuando lloras, el amor que siente y presiente, el amor que no conoce tiempos ni espacio, el amor que no se deja vencer, el amor que es valiente y está dispuesto a dar la vida por lo que ama, el amor que te aconseja, el amor que te guía para ser mejor, el amor que te protege, el amor que goza con tu presencia, el amor que llora con tu partida, el amor eterno, el amor que se hizo mujer, el amor de una madre.

Que diferente seria nuestro mundo si empezáramos a vivir la vida así, reconociendo en todos y en todo nuestra propia esencia, viviendo cada momento llenos de paz, gratitud y amor incondicional, amándonos y aceptándonos unos a otros, dando sin esperar y amando sin cesar. Esta nota es una invitación a apreciar nuestra vida y lo que tenemos, es una invitación a agradecer constantemente y a disfrutar cada momento, es una invitación a vivir el amor que ha estado, está y estará siempre dentro de cada uno de nosotros esperando actuar.

Esta nota está dedicada a todas las madres que caminan por las calles del mundo esperando recibir un abrazo, un beso y una flor que les diga: ¡Gracias mamá, te amo! Esta dedicada a todas aquellas madres que ya no están físicamente y se han convertido en ángeles que nos protegen siempre, está dedicada a todas aquellas madres que están esperando el regreso a casa de sus hijos, está dedicada a todas aquellas madres que luchan por la paz, la igualdad y la justicia, está dedicada a Leticia la mujer que más amo en el mundo.

¡Te amo mamita, gracias por tu amor!



Comentarios