Notas del peatón

Muchas veces creemos que somos lo que hacemos, lo que tenemos, que somos nuestro nombre, nuestra familia, nuestro color de piel, la escuela en la que estudiamos, el lugar donde vivimos, los lugares que frecuentamos, los amigos que tenemos, la religión o la creencia que profesamos, el partido político por el que votamos, el deporte que practicamos, la ropa que usamos, creemos también que somos el idioma que hablamos y la nacionalidad que tenemos. Efectivamente, todo lo anterior es parte de nuestra personalidad, es lo que nos hace únicos y especiales, es nuestro sabor. Sin embargo, estas etiquetas también han creado en nosotros un fuerte sentimiento de separación, que nos hace sentirnos y creernos diferentes.

La primera vez que escuche “el peatón” vivía en la Ciudad de México, la segunda ciudad más poblada del mundo, fue ahí donde descubrí en experiencia propia lo que Jaime Sabines nos dice de manera sencilla y sabia en su poema al compartirnos la experiencia que sintió al liberarse de una etiqueta, la etiqueta de su propio oficio. De manera simple Sabines descubre que no existen diferencias entre él y las personas que caminan en la calle, se ve en los demás, se ubica como uno más y cuando lo hace puede descansar y se va a la cama con “una alegría dulce y tranquila.” La alegría dulce y tranquila que le brinda sentirse libre del deseo de reconocimiento y fama. La alegría dulce y tranquila que le da reconocerse en el otro y ver en cada ser humano su propia esencia. “¡Eso es!, dice Jaime. No soy un poeta: soy un peatón.”

Aquí los peatones tenemos un color y un sabor distinto, nos comunicamos en varios idiomas, caminamos en diversas direcciones y a diferentes ritmos, profesamos diversas religiones, vestimos diferente y somos de diferentes partes del mundo, sin embargo todos al final del día lo único que queremos es llegar a casa y descansar. El multiculturalismo y diversidad de la ciudad más grande y cosmopolita de Canadá nos muestra que liberándonos de nuestras etiquetas, prejuicios e ideas limitantes podemos descubrir que aun siendo diferentes tenemos mucho en común, que en esencia todos los seres humanos somos iguales y que todos en el fondo de nuestros corazones lo único que queremos es vivir felices.

Este es el motivo del nombre de este blog, un nombre inspirado en uno de los poemas más bellos del poeta mexicano Jaime Sabines, un nombre que me identifica y nos idéntica a todos cuando andamos por la vida “de peatones”. Mi deseo es que este sea un espacio para compartir, para platicar de las situaciones y los momentos de la vida, para pensar acerca de la vida, para reírnos de la vida y comentar de temas que nos interesan a los peatones. Las líneas que compartiremos se escribirán regularmente (cada que tenga ganas)desde Toronto y desde aquí abriremos un espacio de comunicación entre los peatones del mundo que se interesen en leer lo que piensa este simple peatón.


Comentarios

  1. Muy cierto hermano, felicidades sigue escribiendo y siendo un peatón más de este mundo... Besos

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  2. Arrieros Somos y en el camino Andamos! Felicidades y Gracias! Jose Maria :)

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  3. Muy ciertas tus palabras amigo.
    Para nosotros que estamos fuera de nuestros paises y lejos de lo que siempre hemos conocido como nuestro, es importante saber lo que somos, independientemente de las etiquetas que creìamos que nos definìan como seres humanos.
    Besos Paola.
    P.S perdon por los acentos invertidos.

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  4. Excelente nota, y tienes razón: todos somos peatones. Un saludo!

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